Cuando entras en contacto con tu amante, intenta darte en lugar de esperar recibir. Si los dos lo hacen, obtendrán algo mucho mayor que antes. Maestros de Alcoba
¡Es tiempo de unir nuestras almas!
El sexo por el sexo mismo es una descarga, es derrochar energía súbitamente. El querer darse el máximo placer el uno al otro será la principal motivación para embarcarse en un reaprendizaje del sexo.
El hombre es el fuego y la mujer el agua, el hombre se enciende rápidamente y la mujer tarda mucho más en hervir. El hombre naturalmente es precoz, sólo retrasar o evitar la eyaculación puede generar un verdadero orgasmo en la mujer. Una vez que el hombre eyacula, elimina toda o gran parte de su energía. Es por eso que el intercambio dura tan poco tiempo y más aún si el encuentro es netamente genital. De esta manera, muy fácilmente la mujer se sentirá insatisfecha y el hombre no podrá satisfacerla nuevamente hasta no recuperarse.
En occidente acostumbramos a disfrutar cuando llegamos a la meta. Los orientales nos enseñan a disfrutar el camino, cada paso es una meta. En occidente el orgasmo es uno solo y éste es el resultado. Si no hay orgasmo no hay éxito. En oriente nos enseñan a mantener un estado orgásmico durante el tiempo que deseemos.
Desaprender para aprender. El amor, el verdadero sentir, el tener sexo con el corazón es el principal requisito para comenzar a recorrer en pareja esta nueva manera de encontrarse. El querer darse el máximo placer el uno al otro será la principal motivación para embarcarse en un reaprendizaje del sexo.
§ Comunicarse, conocerse, descubrirse y explorarse. De esta manera cada cual sabrá qué le excita al otro. Hasta incluso, cada uno se descubrirá a sí mismo con la ayuda de su pareja.
§ Usar todos los sentidos para dar y recibir placer: la vista, el tacto, el olfato, el oído y el gusto.
§ Cada parte del cuerpo de una persona puede constituirse en una zona erógena.
§ Disfrutar cada segundo de placer lentamente.
§ No estimular los genitales y principalmente los masculinos, rápidamente.
§ Respirar suavemente a fin de relajarse y de esta manera abrirse al disfrute.
§ Alimentación sana (al menos no pesada antes de hacerlo).
¡Es tiempo de unir nuestras almas!
El sexo por el sexo mismo es una descarga, es derrochar energía súbitamente. El querer darse el máximo placer el uno al otro será la principal motivación para embarcarse en un reaprendizaje del sexo.
El hombre es el fuego y la mujer el agua, el hombre se enciende rápidamente y la mujer tarda mucho más en hervir. El hombre naturalmente es precoz, sólo retrasar o evitar la eyaculación puede generar un verdadero orgasmo en la mujer. Una vez que el hombre eyacula, elimina toda o gran parte de su energía. Es por eso que el intercambio dura tan poco tiempo y más aún si el encuentro es netamente genital. De esta manera, muy fácilmente la mujer se sentirá insatisfecha y el hombre no podrá satisfacerla nuevamente hasta no recuperarse.
En occidente acostumbramos a disfrutar cuando llegamos a la meta. Los orientales nos enseñan a disfrutar el camino, cada paso es una meta. En occidente el orgasmo es uno solo y éste es el resultado. Si no hay orgasmo no hay éxito. En oriente nos enseñan a mantener un estado orgásmico durante el tiempo que deseemos.
Desaprender para aprender. El amor, el verdadero sentir, el tener sexo con el corazón es el principal requisito para comenzar a recorrer en pareja esta nueva manera de encontrarse. El querer darse el máximo placer el uno al otro será la principal motivación para embarcarse en un reaprendizaje del sexo.
§ Comunicarse, conocerse, descubrirse y explorarse. De esta manera cada cual sabrá qué le excita al otro. Hasta incluso, cada uno se descubrirá a sí mismo con la ayuda de su pareja.
§ Usar todos los sentidos para dar y recibir placer: la vista, el tacto, el olfato, el oído y el gusto.
§ Cada parte del cuerpo de una persona puede constituirse en una zona erógena.
§ Disfrutar cada segundo de placer lentamente.
§ No estimular los genitales y principalmente los masculinos, rápidamente.
§ Respirar suavemente a fin de relajarse y de esta manera abrirse al disfrute.
§ Alimentación sana (al menos no pesada antes de hacerlo).
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