Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito.
Aristóteles
Mientras la vida solo me dice "lo que tú digas, cariño"
y no me llego a mi propio pene
he desolado todas mis tierras
afortunadamente, me he dado cuenta
ahora están en barbecho
ya no desprecio mi cosecha
ni mi posibilidad de sembrar
soy yo quien siembra y quien recoge
Moraleja
no confundas recoger con sembrar
sigue aprendiendo
no asoles los campos fértiles
¿qué más se te ocurre...?
No hay comentarios:
Publicar un comentario