¿Por qué estoy erguida mirando un demonio?
La vida, cuando se entrega, lo hace a ciegas
y cumple bien su propósito
Nos relata la ausencia de nuestros pies en el prado
que esperamos lo completo y lo voluptuoso
y hemos extraviado nuestra alma sin piedad
en un silencio que se llena de ruido y de palabras
en un silencio ya sin identidad
que no vuelve a ser
La memoria es un don, una gracia
que solo ostenta el amante
Hay que volver a excitarse y sentar la cabeza
cuando haya vuelto a morir, me excitaré
cometeré de nuevo el pecado del olvido y la repetición
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