Reaccionamos a las emociones y no nos paramos a pensar que son incontrolables y hay que precisamente dejarlas donde están para que puedan pasar por el cuerpo y después marcharse. Cuando actuamos sin comprender bien una emoción solemos cagarla porque nuestras decisiones nos hacen ser marionetas de nuestras reacciones emocionales, actuamos sin conciencia, no estamos sabiendo qué hacemos.
La frustración es un sentimiento desde la cabeza y si dejamos que se resuelva en todo nuestro cuerpo sabremos por qué nos sentimos así y podremos salir de eso, en vez de quitarnos de encima la situación que nos desborda de la manera más caótica o desde un pensamiento que pueda parecer ordenado, porque por muy racional que pensemos que es, si actuamos desde una reacción a ello y no desde una acción clara y centrada, ya la hemos cagado, ya hemos desvirtuado y distorsionado la situación.
La frustración es un sentimiento desde la cabeza y si dejamos que se resuelva en todo nuestro cuerpo sabremos por qué nos sentimos así y podremos salir de eso, en vez de quitarnos de encima la situación que nos desborda de la manera más caótica o desde un pensamiento que pueda parecer ordenado, porque por muy racional que pensemos que es, si actuamos desde una reacción a ello y no desde una acción clara y centrada, ya la hemos cagado, ya hemos desvirtuado y distorsionado la situación.
Cuando los seres humanos aprendamos a diferenciar el desencadenante de nuestras reacciones de la acción autónoma, seremos libres.
http://www.pedagogiablanca.com/2015/01/22/la-frustracion/
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