De qué manera atienden nuestros oídos las lisonjas por sentimientos efímeros
y cómo confundimos lo realmente importante con lo fugaz
La Ingenuidad ante lo que desconocemos nos deja tan expuestos a la nada que lo lamentaremos más tarde
Pero que dios os pille confesados
yo ya me pagué esa penitencia
porque no hubo perdón
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