La dama y el zombi

El amor era una portentosa leyenda sin fin
y la vida moría cada día
¿qué saben de esto aquellos cuya normalidad nos ahoga?

La vida debía ganar al amor
pues el amor tenía un palo muy duro, y con él
solía repetirnos sus lecciones 
y puesto que no podíamos escuchar su sencillo mensaje
nos sacudía como muñecos; inmensamente

No nos ha perdonado el tiempo

¡Cómo ha debido de reírse el tiempo de nosotros!
¿No escuchas sus carcacadas a veces
intemporales, lujosas hasta el más desvergonzado y perverso despilfarro?
Yo las escucho
justo ahora
son cristalinas, como el agua que juega
riente...
Me recuerdan a algo:
en algún momento sonaban amables -¿¡por nosotros!?
¿no te dan ganas de morirte de risa como a mí...?-
pero se oyen tan horribles hoy...

Cómo se ríe
¡cómo se mofa eternamente de nosotros!
sin recuerdo
sin fin, el tiempo...
sin un posible olvido realmente

Pero, ¿por qué me trae una memoria tan hermosa
y por qué se está burlando?
¿Por qué me elegiría a mí...?

Entre el amor y la vida elegí ambos caminos
y no una opción excluyente
(yo no he matado nada)
Dejé al amor vivir
El tiempo... el tiempo me pide algo que no entregué
¡No le entregué el amor a la muerte!

Algo aporrea con violencia la puerta de mi casa
ya no puedo devolverle al tiempo lo que es del tiempo
ya no puede el tiempo matar
lo que no puede morir

Adelante dioses implacables
¿qué juicio me busca?
-a mí no me podéis condenar- Yo no maté
Y lo que vive morirá o vivirá naturalmente
plácido, con respeto
tal y como me fue confiado para amarlo

De verdad... ¿tú no te descojonas de la muerte?

La muerte no pudo arrebatarme el amor
Te jodes, jodido siglo XXI de mierda

¡Zombis de mierda!
Zombi de mierda... heme aquí 
¿No vives...?
¡Jódete, rematado, caduco imbécil!
No te iba a confiar a ti que eres inútil, el precioso amor, su vida o su muerte
el destino del zombi es mucho más oscuro
y no vivir es su definición

Quisiste quitármelo por un capricho y después matarlo
vete al infierno