Además de ahorrar, pensar un poco de dónde vienen esos alimentos nos ayudaría a ser justos con la vida, reflexionar acerca de qué es lo que realmente compras. Sé que en general los supermercados no merecen la pena. En otro momento veremos por qué.
http://elpais.com/elpais/2015/02/24/buenavida/1424781594_110344.html
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