"Hoy día la palabra sufrimiento suele ser una palabra tabú. Se intenta huir de todo lo que signifique un mínimo de esfuerzo, un mínimo de conflictividad en nuestras vidas. Sin embargo, como explicaba Frankl, el sufrimiento no siempre es patológico, y no debería ser motivo de acudir al psiquiatra en tantas ocasiones como se hace. Nuestra sociedad occidental trata de vivir sin tensiones internas, cuando en realidad, cierto grado de tensión y conflictividad en nuestras vidas es necesario para lograr una salud psíquica razonable. El hombre no necesita vivir sin tensiones, sino más bien esforzarse y luchar por una meta o una misión que le merezca la pena. La preocupación, incluso la desesperación, por encontrarle un sentido a la vida, no es en modo alguno una enfermedad, sino que es una angustia espiritual. Las crisis existenciales generan ocasiones de desarrollo y crecimiento interior."
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