"Así, una vez más y como cabía sospechar, pedir perdón en vano -lo mismo que querer perdonar compulsivamente- es un síntoma más de la neurosis individual y social. Otra faceta del Cuarto Mandamiento. Un arma más de dominio y encubrimiento de las infinitas violencias cotidianas que se perpetran contra los niños -pero también entre adultos- en los millones de hogares."
No hay comentarios:
Publicar un comentario