No, por dios, Madre
no tengo nada que explicarte
tengo
no has de buscar en mí tu entendimiento
ni compostura
he de
Déjame ya que me equivoque
miles de veces
que sea torpe
y madre
y si aun en el error y la inútil torpeza
madre
si aún en eso
si todavía me quisieran
como a una mujer perfecta, diosa y mágica
-ay, madre...-
imagínate...
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