Como perros apaleados que se abrazaron en la culpa
como ángeles suspendidos en omitidos paréntesis
como lastres desestructurados de extraviada emoción
tan solo éramos nuestros en los mutuos dominios
en aquel mundo parentético capearíamos la feria
ciegos irremisibles susurraríamos: "Amor, amor...
¿dónde te hallas...?" No llegaríamos a hallar la puerta
Nunca
La llave inútil está en mis manos
Cuando el portal imaginario despareció
y así cedieron una única vez los muros
tal vez no viste necesario intentar la entrada
Te olvidarías de pedirme aquellas llaves aburridas
de tu ausencia
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