jueves, 7 de agosto de 2014

Guapos...

Me parecéis todos muy guapos. Sabedlo. Tenedlo presente siempre, por favor. Jamás os lo había dicho así porque no pensé que hiciera falta. Ahora ya veo que sí, hace más falta que nunca. Sois todos muy guapos como sois, sobre todo en la naturalidad de vuestra intimidad, cuando hacéis lo que os es propio y nadie os ve como lo que no sois en algún aspecto, nadie interpreta vuestra belleza según su conveniencia, porque vuestra belleza sois vosotros mismos y no una interpretación de lo que a alguien le parezca, no una interpretación del marco. Esto no es esa mierda de siempre de más o menos, sois libres de mi mirada y lo que yo considere importa una mierda, no tiene nada que ver con vosotros. Os quiero, os puedo apreciar y os acepto. Y os valoro. No es porque me ponga cachondilla, que eso no sé. Probad, no podemos saberlo... no tiene nada que ver con eso, valéis independietemente de eso y yo integro todo vueltro ser en el interés, no os separo por partes; lo verdaderamente importante es que yo os dejo ser y no os estoy imaginando. Dios mío, la belleza es real... no la estoy cortando con unas tijeras para mi conveniencia. Agradezco el privilegio de poder contemplar así, de poder devolver la existencia a todo lo olvidado. He nacido para hoy devolver al mundo su armonía natural. La belleza me duele hasta la lágrima porque estoy totalmente integrada con ella. Este "guapos" es íntimo; este "guapos" es real, no se dirige a vuestro ego o al mío sino a vuestra estima y apreciación de la libertad real, de la naturaleza e intimidad propia que jamás ha sido invadida por la carencia o película de cualquiera, que jamás ha necesitado de concreción, convención, adorno ni modificación para ser identificada sino que es respecto a sus genuinos modos de vivir y que no tiene medida; no estoy pidiendo lo que me falta porque somos completos. Allí jamás os encontraré. Ojalá todos fuérais igual de especiales para mi para poder valoraros, pero lo cierto es que he de elegir para revalorizar la vida. Primero me elijo a mí, que sois vosotros. No sois mi patrón, no sois mi pista. Hay un encuentro final y real en el camino y yo soy mi mujer ideal: esa mujer existe y no la estoy proyectando para encontrarla en retazos impersonales, para extraviarla en retazos impersonales. Allí nunca me encontraré ni jamás habrá habido nadie. Bienvenidos a La Belleza. Os veo a todos perfectos y desnudos, espero que no os avergoncéis nunca de lo que verdaderamente sois. Espero que podáis apreciar lo natural en el otro y que dejéis atrás cada grillete. Dejad de haceros los interesantes, dejad de miraros en un espejo al mirar porque tan solo lo entenderéis en la mirada de un semejante que a su vez lo haya comprendido. La belleza no es sino valorar la vida, la vida. Reconoced en vosotros mismos a todas las personas y dejad de montaros la película. La realidad es mucho mejor. ¿Por qué no compartirla de una vez y que haya realmente alguien al otro lado? ¿Qué pasaría si valoráramos la vida ahora?

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