martes, 19 de agosto de 2014

Hagamos una carrera eterna por sexualizarnos más que nadie: ¡oh!

Por si no habéis notado ya que soy una persona muy agradable para follar tengo que hacerlo muy patente, y esto se tiene que notar porque no es suficiente ser un ser humano y tener órganos sexuales como todo el mundo, es posible que esto se olvide así que he de estar siendo sexy con constancia. Es posible que pase desapercibida así que no hay que permitirlo; que se me vea bien de lejos porque si no, corro el peligro de no existir. Por cierto, hoy ya no sé qué ponerme porque nada es suficiente, no vale ser uno mismo porque al fin y al cabo no me observarán como tal; me siento demasiado insegura entonces, no tiene solución.

Si es cierto que los estereotipos se llevan la partida en cuanto a nuestra valoración como ganado se refiere nunca dependerá de nosotros mismos sino de algo más de cartón piedra que otra cosa, de la película que alguien se monte sobre algo apariencial. En ese caso, ¿para qué preocuparse por la autoimagen que proyectemos? Es ilusoria, solo paja mental ajena de alguien que va a su bola y sin duda lo más atrayente sería interpretar un personaje -no estoy hablando de algo alejado de la realidad de cada día, os reto a que podáis comprobarlo de inmediato: en realidad es lo más normal.

Ahora no me extraña para nada que tengamos tantos problemas para encontrar una persona que nos pueda satisfacer de verdad y para valorarla verdaderamente, porque si esta es la función que la sociedad efectua y permitimos estos patrones inconscientes en nuestra conducta, los primeros que no podemos ser capaces de valorarnos de manera realista somos nosotros mismos, así con los demás, así con todo. Si los estereotipos o fantasías distanciables de cualquier clase son lo que realmente estamos sopesando y esta es la manera social en la belleza y atractivo personal de cada uno de nosotros, creo que estamos equivocados (sobre todo porque no es personal), pero vaya, es algo despersonalizado, una bazofia como otra cualquiera perteneciente a esta sociedad deshumanizada e irreal. Siempre me ha resultado una visión de este tipo incompatible con la belleza y si esto es así yo no puedo tener esta cualidad, no la tendré nunca ni voy a consentir tenerla, porque para mí lo más importante es ver y ser visto de manera única, intransferible, con valor y completamente natural, y no algo referente a la pose o intención por las fachadas de todo el gentío -a ver si es que cayera algo de ellas... ¡oh...!-, porque sea esta la manera única en que se perciban los demás. 

Así que realmente no hay otra opción, no podemos elegir; esto es todo y aquí termina. Venga vale, si esto es lo único que podemos entender es una lástima que sea así, será que tenemos ya el ojo en el culo y todavía pensaremos que sea el ojo de Dios...

¿Tengo que llamarle belleza a esto -los mismos adjetivos de siempre para todo el mundo? ¿De verdad tengo que conformarme con algo tan carente? ¿Es estrictamente necesario que lo viva todos los días de mi vida? Lo que yo realmente veo es fealdad en todo esto. A mí esto no me pone, a decir verdad, y no me pone porque me parece francamente cansino, preparado para el vulgo, con una inmensa y fácil potencialidad para ser denigrante o, lo que es peor, irreversiblemente insulso.

¿Cómo es que hemos terminado así y diciendo amén? No me siento aceptada por esos juicios, oigan, y, sobre todo, no me siento especial ni reconocida en absoluto.

¡NO!

¡NO ME SIENTO BIEN! 

y lo cierto es que ni siquiera siento que esté existiendo mi vida, ¿se entiende? No soy una res (vaca) indiferenciada, tan solo diferenciada por dos o tres juicios completamente superficiales. Espero que haya quedado claro. Creo que tantas y tantas personas que no lo han podido expresar todavía estarían tan de acuerdo... Sé que luchan por ser ell@s mism@s. Pues les envío fuerza, y le deseo comprensión al mundo para entender; y Belleza, porque verdaderamente hay que reinventarla. A veces solo hay que mirar un poco más allá de lo que hemos dado por hecho.

Estoy cansada y no quiero esto más. ¿Podemos avanzar ya de pantalla, por favor...?

 

 

10 recomendaciones de la ciencia para que los demás nos encuentren más atractivos. A grandes rasgos, parecemos más sexis si cedemos al estereotipo.

Belleza, atractivo, erotismo... Conceptos subjetivos, ya lo sabemos. ¿Quiénes nos gustan más y por qué? ¿Puede la ciencia determinarlo mediante encuestas o experimentos de laboratorio, mediante procesos sistemáticos que responden a un método? Por lo menos lo intenta y, según sus hallazagos, quienes ceden al estereotipo obtienen mejores resultados con el sexo de su interés.
En AvantSex se publica un listado de consejos científicos para ser sexy, obtenidos mediante investigaciones, prueba y verificación.
Porque, aunque estos consejos estén "avalados por la ciencia", el atractivo físico y mental es un pozo de arenas movedizas, en que no hay pautas ni instructivos que valgan.

1. Sonreír

La sonrisa es el cosmético natural más efectivo para potenciar tu belleza física.
En Canadá, los hombres aseguraron encontrar más atractivas a las mujeres que sonríen, que son felices. Y parece que las mujeres también preferimos hombres sonrientes.
Hay de sonrisas a sonrisas (algunas son muy desconcertantes, en un sentido raro, poco convincente). Sí, me gusta más la gente que sonríe, pero otras cualidades, creo, son más definitivas.

2. Dormir

Descansar lo suficiente: de 6 a 8 horas, tomar siestas, porque el aspecto saludable suele ser más atractivo. Nos referimos al hábito de respetar el propio sueño, aclaro. No vaya a ser que alguien crea que es sexy quedarse dormido en una cita, dejar al otro hablando solo.

3. Vestir de rojo

El color rojo es asociado con disponibilidad sexual y fertilidad, incluso con la experiencia del placer. Se trata de asociaciones muy básicas.
Más sexy que el rojo: colores favorecedores o de temporada. Que me lluevan los jitomatazos, pero me parece que es muy sexy vestirse para una misma, al más puro estilo Man Repeller. Porque, vamos, también es sexy llevar la contra.

4. Rasurarse

Según nuestra fuente, los hombres que se rasuran son percibidos como más sociables, inteligentes y atractivos. En Belelú no estamos de acuerdo: a muchas de nosotras nos encantan los barbones.
Además, es un asunto de modas. Hace poco hubo una fiebre de bigotones que obtuvieron notables resultados. En los 90 el bigote era inaceptable. Así que la ciencia puede decir misa.

5. Subir o bajar el mentón

Hombres, mentón arriba; mujeres, mentón abajo. Porque se supone que esas posturas del rostro contribuyen a la masculinidad y la feminidad respectivamente.
Zas, me pica la semiótica: arriba, abajo, etcétera. Igual reconozco que salgo mejor en las fotos cuando me las toman en picada.

6. Modular la voz

Hombres, procurar una voz profunda y dominante; mujeres, proyectar feminidad. Según el estudio que se cita, existe una relación entre el tono de voz y la capacidad reproductiva del hombre, mientras que una voz de "frecuencia femenina" resulta más atractiva.
Ya me veo "modulando" mi voz, que jamás ha sido aguda, afortunadamente. Ja. Eso sí: me encantan las voces de los hombres. Tengo memoria caprichosa: a veces no recuerdo nombres, pero siempre recuerdo voces.

7. Procurar altura

"Real o metarófica", aclaran en AvantSex. Lo de siempre: los hombres altos parecen mejores candidatos para la reproducción (como si a estas alturas del siglo XXI no hubiéramos descubierto ya que reproducirse es mala idea), igual que las mujeres de baja estatura.
Otra recomendación: si eres más chaparro que el otro, o demasiado grandulona, compensa con otros recursos. Por ejemplo:
Un hombre puede no ser alto, pero sí ganar más dinero que un hombre alto.
¿Y nosotras? ¿Debemos ganar menos para gustar más? No costea, hay que pagar las cuentas.

8. Usar maquillaje, resaltar los senos

La maquilladas, las de escotes y senos grandes, siempre tienen más pretendientes. Obvio.
Menos mal que la generalidad tiene contrapartes (aunque sea en miniatura): a mí me gustan más las niñas de senos pequeños, con poco maquillaje. Y habrá hombres que también las prefieran así. ¿Alguno por aquí?

9. Mostrar seguridad

Miles o millones de mentes creen que, efectivamente, la masculinidad es sinónimo de confianza y seguridad en uno mismo, como el macho alfa que cuida a su manada y jamás la abandona.
Ni modo, me inscribo en el numeroso conjunto. Soy susceptible a los que parecen tener todo bajo control, aunque algo me diga que muy probablemente estén tan perdidos como yo. El estereotipo y sus superpoderes.

10. Presentarse "en pares"

Ya había escuchado algo de esta teoría: ir de antro con una amiga parecida a una, pero menos guapa (¿según quién?, supongo que según los puntos anteriores):
Si nada de esto te convence o, simplemente, no estás dispuesto a cambiar un ápice de tu personalidad o de tu físico, recurre al viejo truco hacerte acompañar de un amigo que es sumamente parecido a ti ―la misma estatura, el mismo color de piel y cabello, una complexión similar― pero es que sutil o francamente menos atractivo que tú.
Porque según la ciencia, tendemos a establecer comparaciones inconscientes pero efectivas, que hacen que una persona nos guste más que la otra. Sobra decir que el truco presenta grandes probabilidades de resultar contraproducente.
*
Mi apreciación no científica: nada es más sexualmente provocativo que la inteligencia, como bien lo menciona María Paz Castillo: juzgar de guapo o feo a alguien puede ser un resultado del atractivo mental. Ése sí que calienta motores. Opinen (si quieren).


Belelu.com

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