Sin yo empeñarme y sin tú quererlo, mostrándonos la vida el sendero. Hicimos el amor inevitable, aun resistiéndonos por nuestras heridas y principios. Pero, por nuestros principios, hicimos el amor.
Y siento una primera vez en esta vez, porque yo nunca lo había hecho libremente, ni así había sido hecha. Hasta nos hicieron los pueblos y la ciudad, los parques y las anécdotas. Los bailes, los cánticos, el humor y la música. Incluso alguna casualidad nos hizo.
Hasta fuimos capaces de dejarnos flotar en el agua de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario