Te doy las gracias universo 
porque estuve ciega durante mucho tiempo 
y me quebraste haciéndome capaz de ver
Otros no han tenido tanta suerte
Hicimos, alma mía lo que debimos
presentimos las consecuencias 
conocemos las causas 
sabemos bien lo que ocurre y por qué
vemos los míseros caminos de la soberbia y la envidia 
Las campanas suenan 
pero no damos el gusto de dar el gusto
-oh astuta inteligencia-
pero no lo revelaremos
Pero ya todo lo sabemos
la alegría embarga una muerte inútil y ajena 
y es que el entierro es ya de otro con la mayor de las justicias 
El asesino es su propia víctima 
y la víctima, el asesino
Yo también me he manchado las manos de sangre
ahora sí estoy en igualdad 
esta sangre es matar puramente 
esta sangre sagrada es la victoria 
No me descubro el rostro 
nadie me ha desvelado 
Con gran placer estoy besando ríos rojos
 
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