La responsabilidad sobre la propia felicidad es de uno mismo, un reto que es personal e intransferible. En la receta de la felicidad existen ingredientes que no puede faltar cuando se trata de alcanzar el bienestar personal.
Tiempo para ti mismo
El factor tiempo es uno de los que mejor define la vida. Tener una mala gestión del tiempo en la que apenas tienes espacio para descansar o para realizar tus aficiones, implica, restar calidad a las vivencias. Crea condiciones de tiempo que sean ideales en tu agenda: se trata de ser dueño del tiempo y no esclavo del mismo.
Estimula tu mente
Hoy en día, existen muchas publicaciones que ponen una atención especial en la importancia de cuidar el cuerpo. Por supuesto que hacerlo es muy saludable pero teniendo también presente que se debe de cuidar la mente a través de estímulos que potencien el aprendizaje. Puedes animarte a poner en práctica una nueva afición.
Relaciones personales
El trabajo es muy importante en la receta de la felicidad pero cuando el desarrollo profesional roba todo el espacio del área personal, entonces, un pilar importante se cae en la receta de la felicidad que tiene una persona.
Las relaciones personales (tanto aquellas que puedan ser más superficiales como la verdadera amistad) suman autoestima, autoconocimiento y bienestar emocional. ¿Por qué ocurre ésto? Porque el ser humano necesita comunicarse para vivir.
Sueños
Incluso las personas de ochenta años sienten que ha podido quedar alguna asignatura pendiente en su vida. Lo cierto es que es muy saludable seguir teniendo sueños y deseos que alimentan el corazón con nuevas esperanzas.
Presente
Disfruta del presente, practica el carpe diem y piensa en positivo porque la vida es maravillosa. Suma más presente a tu vida y reduce el peso del futuro en tus expectativas.
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