martes, 12 de noviembre de 2019

El botijo roto






Patio, mediodía estival. Yo, niña
y mi tío bebiendo del botijo

Hay recuerdos que no siguen en ti
-luz, en los que sigues-

El destino del botijo, el destino
de su cuerpo
La vida aparenta objetos, contornos
que nos retienen

Brillo que ciega, viviré siempre
en ese patio
donde no hay forma, sino amor
y silencio

Aún respiro la humedad
el sudor fresco del verano
emanando de su cuerpo fornido
donde veo la vida
y jamás
la muerte

Claridad cegadora
en la memoria, amor
molde incomprensible

Extinguirse...
qué truco





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