lunes, 27 de julio de 2020

Mis emociones e ideas me pertenecen

La agresividad y el enfado como estados de ánimo son una herida que ya nos fue infligida. La manera de cerrar esa herida es contemplar nuestro ego cuando es desmedido y darnos cuenta de nuestro miedo. Tememos porque según esa herida no sabemos actuar de otro modo y nos sentimos impotentes para hacerlo. El miedo nubla nuestros sentidos. Si aceptamos con amor hacia nosotros mismos que sólo es miedo comprenderemos esta herida como mecanismo, que fue infligida en nuestro interior por vivencias relacionadas con la supervivencia, la aprobación y reconocimiento social. Nuestro miedo, nuestra agresividad, esa ausencia de paz en nuestro organismo es un síntoma que nos quiere hacer mirar en otra dirección, y para no estar en conflicto permanente con el ambiente debemos alimentar en nuestro organismo y a nuestro alrededor el respeto, la aceptación y la escucha sin etiquetas. A veces se nos quiere dar un mensaje que nos negamos a recibir y solo estamos reaccionando a lo externo, así que permanecemos en ese estado alterado de la mente porque no atendemos nuestro mundo íntimo ni el del otro.
Estamos atendiendo sin freno al pánico y las emociones reactivas pero nuestro cerebro se ha ido. Nuestra facultad para razonar por nosotros mismos y decidir en consecuencia está mermada, porque vivimos en la ilusión de que los demás e incluso la información que recibimos deben cumplir nuestras expectativas... pero la vida no funciona así. Nuestro organismo individual nos pide nutrición mental, un sano estímulo, y lo estamos sometiendo a un bombardeo de hiperestimulación
 Si no cuidamos nuestro cerebro, nuestro espacio íntimo con nosotros mismos, nuestras emociones y nuestra mente saldrán del límite natural y saludable. Lo cierto es que nuestro cuerpo nos está llamando y no estamos respondiendo, sino reproduciendo en nuestro entorno la herida que nos ha sido infligida.
Sánate en primer lugar y deja en libertad a tu mente, no la sometas a estas emociones, hiperestimulación y reacciones que son un reflejo de que interiomente estamos heridos.
Elige darte paz y así daremos paz.
Si a alguien le sirve esto es todo lo que hago conmigo misma para cuidarme. Me trato con salud, me proporciono hábitos saludables y en vez de reaccionar al entorno abandono los extremos que saturan mi mente. Si no hay espacio de paz en nuestra mente es posible que estemos teniendo problemas o los que nos rodean.
Quédate contigo en la intimidad de tu vida, ese es tu centro. No permitas que tu mente te dirija a la enajenación, que así dirijan tu mente. Permítete la salud y la paz y también a las demás personas, porque si viven en reacción permanentemente tus emociones no te dejarán observar la realidad y tú mismo te harás daño.
Piensa que quien no lo hace vive enajenado, pero tú puedes dar bienestar y salud a tu entorno y dejar de ser una marioneta de tus emociones o ideas recurrentes.
Mucha salud y amor. Confiad en que la humanidad es natural para el organismo, que es esencial a nuestra existencia en la naturaleza.
En realidad es algo tan sencillo...

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