miércoles, 13 de mayo de 2015

Reflexión acerca de los estados de ánimo

Estoy publicando una serie de comentarios sobre algunos temas que ya han sido anteriormente publicados en el blog.
Comparto y expongo estos temas desde un punto de vista tan íntimo para que sepáis, manifestar y hacer público que soy igual que vosotr@s.
Creo que a menudo actuamos de manera absurda porque ocultamos algo que nos hace sentir miedo, o ser raros o diferentes para luego darnos cuenta de que en realidad estoy ocultando que soy igual que tú, para que tú no me veas, y tú haces lo mismo. ¿No es ridículo? ¡Gracias por el chiste! Lo aplaudo.
----------------------------------------------------------------

Me ha aportado mucho el libro en este aspecto, sobre todo he comprendido una manera de relanzar un estado de ánimo y por qué estaba ahí. El resentimiento lo he entendido como una manera de haberse quedado incomunicado y la resignación, como una manera de haber quedado desempoderado.
Como al hacer los ejercicios siento muchas cosas y también me descubro estados de ánimo que tengo, a veces tengo que parar para atender esto. He decidido tomármelo así, porque esta implicación a nivel personal es inevitable, incómoda y no menos importante para el proceso. Voy haciendo los ejercicios según me sale.

Mi aprendizaje con el resentimiento ha sido tal que tuve una crisis mientras hacía el resumen, y esta crisis me la he tomado como si yo fuera un detective que descubre a nivel individual y social los generadores de resentimiento y el por qué de su permanencia en el tiempo. No he podido aprenderlo de manera más directa. Mis emociones eran violentísimas y las permití tal cual estaban siendo para poder comprender; eso me acabó dando cierta paz. Pude imaginar y recordar a otras personas en la misma situación y mi conciencia se amplió. Imaginé personas que estaban en la cárcel, a familiares de personas asesinadas, junto a situaciones más cotidianas sin un generador o razón aparente en un principio... Fue un poco horrible. Admití el dolor y dejé de evitar sufrir. También comprendí a otras personas. El sufrimiento es incomprensión.

Comprendí también por qué evitar y aceptar generaban o liberaban estos dos estados de ánimo, comprendí muchas situaciones que había evitado en mi vida y se habían alargado en el tiempo o me habían hecho alejarme de algunas personas, por lo que ya, admitido mi resentimiento en varios asuntos de mi vida, tenía trabajo por delante. No había hablado a tiempo. Las emociones siguen ahí, ahora al menos puedo verlas porque he comprendido su sentido. Me sentía enormemente confundida porque no identificaba algo como esto.

Respecto de la resignación, aún tengo dudas de qué se puede hacer para estar a la altura de tus propias expectativas cuando estás en el proceso de aprender nuevas posibilidades. A veces, cuando tus expectativas son más grandes que las posibilidades que se ven en ese momento, te resignas sin querer -o hasta caes en la rabia-, porque es cansado no llegar a ninguna parte, aunque ya veas que sí que existen las posibilidades. Creo que simplemente no aceptas que en ese momento no puedes hacer más, por tener expectativas más altas, lo cual imposibilita a veces seguir adelante. Es contradictorio, tal vez puedes y no puedes al mismo tiempo. Me resulta complicado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario