miércoles, 13 de mayo de 2015

Reflexión acerca de los juicios

Ante los juicios me siento juzgada, culpable. Tenía que empezar por aquí. Me he dado cuenta de que esto me sucede porque en general nadie está validando ni fundamentando sus juicios, los ejercen de manera automática, como si se comieran y te dieran a comer un pastel entero, que en realidad no te apetece en absoluto. Es empachoso, innecesario, por lo tanto. Las personas no suelen entender que con un trozo de pastel el suficiente, gracias. Ese es para mí el sentido de la fundamentación. Soy algo comprensiva con estas personas, tal vez a ellas les hayan juzgado mucho y no les hayan apreciado nunca por lo que son. Compasión pura a pesar de mi cabreo inicial. A ver, estoy hablando de personas que fundamentan sus juicios con más juicios. ¿Qué se puede hacer por ellas? No comprenden el compromiso social de hacer honor a la verdad; no pueden ser responsables.

En el caso del estándar para fundamentar el juicio, lo veo bastante problemático: ¿cómo puede ser que sepamos que nos referimos a algo verdadero cuando juzgamos si ni siquiera somos capaces de identificar que gran parte de nuestros estándares son básicamente porque nos han educado así? Ni siquiera esas ideas son nuestras, no seríamos conscientes. Manejaríamos conceptos irreales y ni siquiera podríamos enterarnos de ello. Una lástima. Otra desconexión con la realidad. ¿Solución...? Creo que hay mucho que hacer.
Me quedo con esta frase de mi resumen: "El juicio generalizado carece de fundamento, solo estará fundado si hablamos del dominio de observación concreto desde el cual se ha emitido.". Desde este punto de vista, lo que hemos solido considerar "realidad" me parece una locura total. Sin más comentarios, paso a lo siguiente.

Me parece maravilloso, por otra parte, que se pueda hacer entender a las personas que el juicio habla de ellas mismas, y no de lo que creen observar. Hasta es gracioso darse cuenta.

Después de darme un paseo por el mundo matrix de los juicios, lo voy a dejar aquí porque todo esto es ya demasiado asombroso para mí. La realidad que vivo no es como en este libro y eso es una enorme putada surrealista.

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