jueves, 23 de octubre de 2014

La pareja: un encuentro de sanación

Cuando dos personas “se encuentran”, en ese mismo instante en que la relación comienza, aparece el temor a perder esa pareja. Este programa automático mental de ganancia-pérdida (escasez), no nos permite vivir enamorados, sino más bien en un vaivén de amor-odio…que todos conocemos muy bien. Cada uno con su miedo no expresado pondrá en acto o en palabra lo que lleva dentro.

Sin embargo, es posible tener-hacer un compromiso interno con lo que el Amor es de verdad y compartirlo con el ser Amado.
Una relación comprometida tiene el propósito de Amar más allá de todo. Y este “todo” son los posibles “disgustos” que ambos puedan tener juntos debido a lo que se “moverá internamente” en ese amoroso intercambio.

Lo que se precisa sanar, lo añadido -el ego- es lo que quedará al descubierto…hasta que solo quede el Amor.

Es un camino de vuelta. Un morir a lo falso (ego) y renacer a lo verdadero (mente espiritual). Juntos, apoyándose uno al otro en el deshacimiento de la mentalidad conflictiva.
Esta voluntad que ambos sostienen, se actualiza constantemente, en cada momento -ante los problemas que puedan surgir- para que el Amor no se olvide en ninguna circunstancia.

El Amor es lo primero, el protagonista único en la relación.

“Elijo Ser Amor, pues eso es lo que Soy”, es lo que una relación comprometida escucha instante a instante. Cada uno desea ver lo real, lo esencial en el otro, abandonando los límites que impone la personalidad (todo lo que no es amor).

La pareja comprometida desea recordarse mutuamente que son Amor, hagan lo que hagan, digan lo que digan y sientan lo que sientan. Y a partir de ese reconocimiento todo ocurre sin esfuerzo alguno. Este es el cimiento de “su hogar”.
En este compromiso no se ve ataque, ni ofensa…pues se desea ver inocencia, dado que la voluntad unificada así lo ha decidido.
Gozan de la vida, de amarse, más en ningún momentos olvidan Quienes son en Verdad. Dejan de hacer el amor para Ser el Amor.

Aman sus mentes, sus cuerpos y sus corazones, se citan para recordar el Amor, para permitir que este se manifieste en Libertad.

Alicia Orfila – Agustín Casado


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