domingo, 16 de junio de 2013

El prepositivo

Tanto como cariñoso...
¡ay, tú, cariño, no lo eres!
pero más niño de lo que acostumbras
aquí se juega a volar a ras de infierno
todo el que ha hallado el paraíso bien lo sabe
en cuanto dejes de quemarte el culo sonreiremos
bastardos, hijos de la lluvia
bien sé que no me amaste como aquel que merece
aunque me temo que no quede otro remedio
no sé qué tan cruel naturaleza te hizo vago
casi dormido como el Adán del Génesis
si no despiertas
el evangelio apócrifó extenderá de nuevo el Infinito
y tú no cuentas como lectura la subversión de Eva
amapolas... duermes, amor, en ese rojo tan tuyo
he de dejarte hacerlo, no entiendo
un casi sueño, una vigilia a medias
es semicírcular el reloj de la vida en tu rostro
no es suficiente que mi boca halle
cualquier incógnita de tu coloso corazón
tu mente siempre lo devasta para mí
oh lástima, confío
en el poema como atajo
en el caballo como ave
en el milagro como modo vital
en el lenguaje común, amor
aquel que poco nos importara
he de decirte que esto es el fin
¿puedo en el nuestro osar
con estos labios
profanarlo
y preposicionar la respuesta que Siempre sabe?

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