martes, 16 de diciembre de 2014

El control es la asfixia de la guerra
el sueño decisivo
la sobrerrealidad
Sentí alegría al conocerte
pero no era más que una guerrera
extenuada de las armas
advirtiendo tras las ventanas dos sombras abrazándose
Quise dejar de ser guerrera
y sin saber cómo vivir, solo improviso
penosamente; la escena nunca avanza
Así, he decidido contar la historia
de esta, mi antigua lucha
mi ahora ordinario y trivial dolor
mis músculos tensándose ante nada
el triste y angustioso fracaso de mi fuerza
el patético olvido de mi gloria
mientras empaño la sangre de mis ojos ciegos

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