viernes, 26 de diciembre de 2014

Cuanto más estoy dispuesta
cuanto más
suelto las riendas a los caballos
y les libero sin control
Cuanto más nutro, cuanto más
comprendo y acepto, más
tengo que perdonar este dolor:
el de quedar adentro la nada
el de estar lejos del corazón de la vida
aquel de no reconocer a nadie
este de no saber ni qué decir
ni si esta alma me acompaña

Aún nadie puede verme
si sonrío
ni yo ya creo a nadie
ni lo perdono
ni lo sé...

tan solo miro
la cicatriz deslavazada
-no se ve-

El corazón, todavía
me la perdona

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