sábado, 20 de diciembre de 2014

Las gordibuenas o el ritual de la salvación

Empecemos con algo simple: hay una graaaaaan diferencia entre romper la norma y agrandarla. 

Agrandar una norma implica que más gente quepa dentro de ella (aunque siga habiendo gente fuera de ella); romper la norma es romperla de raíz para que no haya nadie ni fuera ni dentro.

Siempre que hay movimientos políticos, sociales, culturales, que quieren romper determinadas normas, hay un grupo de personas que, aunque en un principio parece que quieren romper la norma también, al final terminan agrandándola para caber al menos ellxs, porque ven la posibilidad clara de "normalizarse" y entrar al privilegiado terreno de los normales o la normalidad, y no se resisten a ello. A esto le llamamos "ritual de la salvación": a ese común momento en el que -de repente- un grupo que estaba unido en una lucha concreta se ve escindido porque unxs cuantxs vieron la oportunidad propia, el rayito de luz y esperanza, la ventana abierta en la casa de la normalidad y el privilegio, y se metieron de lleno dejando al resto del grupo afuera (porque bien es sabido que no cabemos todxs allí).

Algo así pasa por ejemplo con los homosexuales que se casan, y forman familias burguesas, y son blanquitos, europeos y tienen pasta (¡y a veces son conductores de tv!) y la gente los "perdona" porque dice "¡vaya! ¡parecían raritos! ¡pero son casi como nosotros!... ¡y hasta salen en la tele!"...  esos homosexuales que hasta se pueden dar el lujo de ser de derechas y apoyar a partidos que defenestran a personas como ellos pero de clase baja (da igual que ataquen a mis iguales, que total a mí el dinero me salva, ¡¡estoy salvado!!). Ouch!

También pasa con la clase media dentro del capitalismo. Cuando las papas queman y estamos en una crisis económica bestial (como ahora mismito), no dejan de oirse propuestas que se ajustan a la perfección a la clase media: ¡¡queremos volver a tener nuestros privilegios de clase media joder!! Pero las propuestas de la clase baja (esa clase que haya crisis o no es pobre igual) de cambiar todo de raiz, no son escuchadas NUNCA. Las cosas que escuchamos son algo así como "tengo una carrera y tres másters y aún así tengo que emigrar", o "tengo una carrera y tres másters y aún así tengo que trabajar en Mc Donalds"... es decir: ¡No quiero ser pobre! ¡Que pa'eso he estudiao! ¡Devuélveme mi privilegio! (vamos, que el problema no es el curro de mierda en el McDonalds o emigrar.. el problema es que lo tenga que hacer YO).

Y así también ocurre con ser emigrante: no es lo mismo ser un español en Alemania que un negro que llega en patera... ¡¡¡por favor!!! ¡¡¡no confundamos las cosas!!! (nótese la ironía). Y encontramos mucha gente que, siendo emigrante, o teniendo familia emigrante por Europa, critica luego espantado que haya un montón de africanos queriendo cruzar la valla de Melilla (¡¡¡miraver si encima nos traen el ébola!!!)


Llegadxs a este punto, mejor ir dejando claras varias cuestiones:

1. Hay una clara la diferencia entre buscar tu hueco en la privilegiada normalidad y romper de lleno con la norma. 

2. Mucha gente confunde luchar por cuestiones justas con luchar por "salvar su propio culo" 

3. El privilegio aporta ciertas comodidades, y vivir en la periferia (económica, política, cultural, corporal, sexual, etc.) es una maldita mierda (lo sabemos). De ahí, probablemente, el éxito de las propuestas no radicales de "salvémonos al menos unos cuantos y que el resto se las arregle".


Parece ser que esto está ocurriendo en el feminismo también*, sobre todo en un ambiente en el que estamos metidas de lleno: la lucha contra la violencia estética. Los cuerpos disidentes, más específicamente las gordas, estamos reclamando existencia, y hay mucha gente visibilizando este tipo de lucha. ¿Qué pasa? Que, tristemente (consciente o inconscientemente) ya se está viendo el tufo de "salvémonos las que podamos" y el body positive del cuerpo gordo se está convirtiendo en un nuevo sesgo de belleza entre las propias gordas.

Me explico: el concepto de "gordibuena" ha entrado de lleno en nuestro vocabulario, visibilizándose una "gordita" (es decir, una piba que no es delgada, pero tampoco es gordísima) que se viste bien, sabe sacarse partido, se maquilla, está empoderada, etc. Y, además, agreguemos que el surgimiento de esto ha estado muy relacionado con páginas de moda que sacan consejos de belleza, de ropa, calzado y demás. 

Está de sobra decir que donde haya una gorda empoderada yo soy feliz; se vista como se vista. Pero el problema está en que nuevamente se está creando una categoría excluyente (esta vez entre las gordas): si existe la gordibuena, existe automáticamente la gordimala (nuestra cultura, nuestro mundo y nuestro lenguaje, funcionan -lamentablemente- así: parejas de opuestos, binarismo... si existe uno, existe el otro... o como plantea Derrida, una "presencia" genera una "ausencia").

Hay artículos en los que se ha pretendido definir -de buen rollo- a la "gordibuena", y se ha hablado de caras bonitas, cuerpos gordos pero bien formados, simpatía, sacarse partido, etc. Pero, en mi opinión, creo que hay que ir más allá: podemos ser gordas en tacones o gordas en chándal sin caer en categorizarnos como "buenas" o "malas" por ello, y podemos ir todas a romper la norma maquilladas o de cara lavada.

A nuestro modo de ver la "gordibuena" implica muchas cosas negativas para la visibilización de las gordas en su conjunto, por ejemplo:

1. La exigencia de una apariencia determinada (por lo general las gordibuenas son las que se "sacan partido" a través de maquillaje, ropa bonita, etc) y con ello, de una clase socialdeterminada (yo, por ejemplo, no tengo dinero para comprarme ropa, ni complementos, ni tiempo, ni na). 

2. La exigencia de una edad determinada (por lo leído y visto hasta ahora, se asocia la gordibuena a la juventud, nunca vi que se hablara de una gordibuena de 50 años...) 

3. La exigencia de una gordura limitada (no he visto JAMÁS una foto de una chica etiquetada como "gordibuena" que yo la vea y diga automáticamente, "es GORDA", así, con todas las letras... suelen ser grandes, entradas en carnes, pero no GORDAS...

4. Suele implicar cierta "proporcionalidad", lo que nos trae a la memoria toda la historia de la "matematización estética" desde los griegos hasta nuestros días, donde la proporción del cuerpo humano se establecía como medida primordial de la belleza (nunca vi como imagen de la "gordibuena" a una gorda de espalda ancha y piernas delgaditas, o una gorda de enorme culo y espalda pequeña, etc... incluso la "proporcionalidad" sale como característica de la "gordibuena" en un artículo de la ya conocida página weloversize).

5. No molestar a los ojos (sobre todo a los masculinos): la "gordibuena" es fácilmente aceptable hasta por el tipo al que le gustan las delgadas.. típico canon de cara, cuerpos un poco más gorditos que los delgados pero no mucho, son coquetas, simpáticas... no unas gordas deformes amargadas que encima ni se sacan partido... lo que además, por cierto, nos "culpabiliza" a las gordas como si las personas estuviéramos para gustar o no gustar a los demás, en vez de señalar a los cánones como culpables (¡es ella! ¡que no se saca partido!) y hasta cierto punto puede llegar a justificar la discriminación que sufrimos.

6. Exigir aceptación: la mayoría de los artículos que leo referidos a las "gordibuenas" parecen decir "¡quiérenos por favor!" "acéptanos en tu club de bellas", haciendo que todo gire en torno NUEVAMENTE a la aceptación de los demás sobre mi cuerpo... sin embargo, a mi modo de ver, lo necesario para romper con la norma es decir "aquí estoy y si no te gusto, TE JODES" implicando por un lado que si se da la no-aceptación no nos destruya y, por otro, que la exigencia sea de respeto -no de aceptación- mientras tomamos el espacio público empoderadas y sin escondernos.
 
En conclusión, la "gordibuena" es una gorda que cumple ciertos cánones de belleza oficialmente establecidos a la que se le "perdona" su gordura y por eso -por cumplir todos los demás criterios- le es permitido entrar al "club de las bellas" (las privilegiadas de la norma). En este sentido, se amplía la norma, y caben unas cuantas gordas, pero el resto de gordas seguimos quedando fuera, seguimos siendo señaladas, humilladas, discriminadas, etc. Ya sea porque no tenemos una cara de canon, porque vamos en chándal o mono de obra, porque somos trabajadoras del hogar con manchas de lejía o comida por todas partes, porque no tenemos pasta para hacernos una limpieza de cutis o para comprar ropa bastante guay, porque ya no somos jovencitas, porque somos viejas, tenemos canas, estrías, la tripa caída, somos "desproporcionadas" o mucho más gordas de lo aceptado, tenemos celulitis o lo que sea... pero quedamos afuera, COMO SIEMPRE.

¿Que hay muchas pibas a las que esto les viene bien para su baja autoestima? ¡Por supuesto! Suponemos que habrá muchas pibas a la que la vida les será mucho más fácil de este modo, y serán mucho más felices en su día a día mirándose al espejo o caminando por la calle sintiéndose "gordibuenas", iguales a las de la revista... pero ésta, amigxs, no es nuestra lucha.

  
Nuestra lucha NO es ampliar la norma estética. Es destruirla. 
O cabemos todas, o que no quepa nadie.

#StopGordofobia 

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* Aunque se hable aquí de los feminismos que luchamos contra la norma estética, somos conscientes de que esto ocurre en más ambientes feministas, aunque entiéndase que aquí nos limitemos a hablar específicamente del que conocemos y sobre el que se pretende hacer hincapié desde el principio.  :)


ladobleefe.blogspot.com.es

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