domingo, 7 de diciembre de 2014

"Si no quieres que te violen, no vayas de fiesta y quédate en casa"

Si te pintas los labios es que quieres un beso. Tu escote es una clara invitación, y tu falda pide a gritos que una mano acaricie tus muslos. Si eres mujer, no tienes escapatoria: aunque no quieras, tu cuerpo habla por ti.

Ya lo dijo el Antiguo Testamento: las féminas son el origen del pecado original, una peligrosa fuente de seducción eterna ante la que los hombres no pueden reprimirse.

Puede que estas ideas parezcan rancias y antiguadas, pero una reciente campaña de la policía de Hungría que pretente alertar sobre los peligros de la agresión sexual abunda en ellas. La acción se desarrolla en tres actos:

1. Un grupo de tres chicas se prepara para salir de fiesta. Beben, bromean y se visten y maquillan de forma sexy: son seductoras y descaradas. Cuando salen de casa, una señal advierte de que algo malo les va a suceder: van provocando.

2. Las amigas llegan a la discoteca y empiezan a liarla, no entienden que solamente los chicos pueden comportarse así. Borrachas y risueñas, empiezan a atraer a los chicos del lugar y a rechazarlos hasta que encuentran a los que son de su agrado. Mal: comportarse como si tuvieran el poder sobre sus cuerpos, sobre los hombres, es, por decirlo finamente, de chicas malas.

La lían tanto que incluso asustan a una chica formal que charla tranquilamente con su novio en la barra. Se sabe que es una buena chica porque lleva el pelo recogido y viste de forma sobria. La cosa se pone fea. Peligro. Se lo han buscado.

3. Cuando termina la fiesta, dos de las amigas salen a la calle con sus ligues y una tercera se queda sola en medio de la noche. Entonces, un hombre encapuchado abusa de ella. He ahí la lección, la moraleja.

No es casual que la campaña de la policía húngara dedique 10 segundos a los potenciales agresores o violadores y se centre en las víctimas. Este anuncio se dirige a ellas, y el eslogan lo confirma: “Tú eres responsable, puedes hacer algo”.

La organización Human Rights Watch ha denunciado este anuncio porque criminaliza a las víctimas y las hace responsables de las agresiones que puedan sufrir. Como los agresores no pueden reprimirse, como representan una fuerza anónima, natural e incontrolable, son ellas quienes deben haberlo.

La policía húngara viene a decir que no es posible acabar con el machismo ni la violencia contra las mujeres: sólo es posible sobrevivir al mismo si la mujer se comporta como debe, como Dios manda. Esta campaña ayuda a que los violadores se sientan comprendidos, pero sobre todo aviva el miedo entre las mujeres. Es ese miedo, más que los constantes mensajes machistas y sexistas, lo que da vigor a una sociedad maltratadora. ¿De verdad te vas a poner eso? Ten cuidado si vas sola. Teme y vencerán.


playgroundmag.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario