A veces suceden cosas en la vida que a los demás les resultan contradictorias. No todo en la vida es blanco o negro, eso es verdad. Es una falta de entendimiento por no conocer bien el caso en concreto o las razones de alguien para actuar de una determinada manera. De todos modos, puede ser respetable.
Otra cosa muy distinta es que tu contradicción no tenga ninguna base, no haya ningún valor de fondo, por lo tanto es una incoherencia, una incongruencia.
Si los seres humanos continuamos viviendo en el aire y nos movemos según nuestros intereses, sin respetar nuestros propios valores, nuestra propia integridad, sucede algo como esto.
Y contra esto, es contra lo que hay que luchar, no ya en el mundo que te rodea, sino dentro de uno mismo. Mirar en la propia incoherencia y ver si hay integridad en mis creencias o mi comportamiento o estoy faltando a ella, si lo que hago o lo que pienso está alineado con algo que tiene valor para mí o solo lo hago por mis intereses personales, lo que siempre termina en la injusticia, en la desigualdad y el abuso, obra dramática de teatro en la que finalmente seré víctima o victimario.
Si no eres capaz de mirar dentro de ti y razonar esto, estás siendo un hipócrita tengas o no la intención de serlo, y esto no hace falta que lo veas en los demás, porque te estaría sucediendo a ti.
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