sábado, 25 de julio de 2015

¿Qué pasaría si...?

Cuanto tú llegaste a mi vida fue porque la vida me hizo un regalo. Cada vez que te juzgué cuestioné el regalo; lo rechacé inconscientemente.
La vida es un don. Cuando un niño nace esto es un regalo y él / Ella no es cuestionable. Así somos realmente los seres humanos. El amor no puede ser desde las opiniones y los juicios, porque esas opiniones, juicios y posturas no tienen nada que ver con el regalo. La vida es como acontece y cuestionarla es una redundancia porque por algo es como es. Mejor aportar y hacer algo al respecto, porque supongo que puedes darte cuenta que cuestionar el regalo es un desprecio y una negación a la vida.
En tantas ocasiones vivimos nuestras vidas como si entrásemos en una carnicería y le dijéramos al dependiente: "No quiero salchichas, no quiero filetes, no quiero chuletas". Entonces nos damos la vuelta y nos marchamos del establecimiento con la boca llena de palabras y las manos vacías. Oye, disculpa que te haga una pregunta honesta: ¿Crees que has entrado en la carnicería para esto? ¿Te suena de algo? ¿Es desde rechazar la vida, desde lo que no quieres, desde donde quieres vivir tu vida? ¿y si lo hicieras dejándote de quejar de todo y mirando lo hermoso de la vida y de las personas que están a tu lado? ¿Y si dejases de obligar a la vida, por una vez, a que sea la ilusión, la fantasía irreal y e infértil que hay en tu mente? ¿Y si no es como tú tienes pensado sino mucho más amplia, más impredecible, desconocida, espontánea, todo eso a cambio de la molestia que crees ver que te causa y todo lo cuestionable que un día te pareció? ¿Y si fueras capaz de amarla y apreciarla del modo en que es en vez de al modo en que tú te la imaginas o quieres que sea? ¿Te imaginas también amarte así a ti mism@?
¿Y si te dieras cuenta? ¿Qué pasaría...?

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