miércoles, 27 de enero de 2016

El viaje - Revelación a medianoche

El mayor sufrimiento pasa sin pena ni gloria
no es que uno viva como quien dice
no es que esté vivo por el hecho de vivir:
es un ni frío ni calor
un eco extraño de renuncia a uno mismo
algo que pincha sutil, siempre
No he venido tan solo a mostrar lo agradable, simpatizar
dar palmaditas, pasar fugaces buenos ratos
mi alegría es mucho más alta que esa condescendencia
Sí, yo confieso que a veces me cabreo y me permito hablar
peor será que uno no lo reconozca
y se estrangule en falsas sonrisitas soportables y evasivas
Pobres... ¿a quién creen que pueden engañar?
-también os digo que por no entrar por el aro se me ha hecho injustamente pecadora-

Es redundante aferrarse a la dicha porque emana del alma
(somos esa dicha)
Todo encuentro que no suceda en ti es provisional
toda alegría se vuelve negra cuando no eres tú el que conduce el carro
Esta, mi mano, os la pongo en el fuego con certeza

Aprendí más tarde de lo que hubiera querido, os pido disculpas
mas no victimizo a nadie
lo que he perdido inútilmente no se puede calcular; las lágrimas
en un rincón
tampoco lo que tengo

Carece de sentido darle sentido a tu vida
el sentido eres tú
a menudo, nadie gusta hablar de su alma
cuando es lo único que tenemos

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