martes, 5 de julio de 2016

El ritmo - III Mensaje y mensajero


El único problema de todo esto
es que a menudo vivimos asuntos bastante irreales
y les atribuimos nomenclaturas habituales o repetibles
porque no conocemos una experiencia real
a veces no conocemos experiencias plenas e individualizadas
conocemos experiencias estándares, cuentos urbanos correctos, escenas soñadas, postizos, pero tú
¿eres capaz de diferenciar la realidad de la banalidad mundana
que pervierte cotidianamente el alma propia, sin pudor?
¿sabes en qué consiste esa carcoma que ya has vivido
esa información falsa acerca de nosotros o de todos?
¿sabes tú de dónde vino todo eso?
Yo no podría vivir esa lacra social en mi vida
y a veces
nada puedo decirles a muchos de esta luz contraria
de ese contraste en que reside la vida que sí transforma
voy por la carretera secundaria hasta que llegue la información
hasta que pueda reencontrarme por la otra vía
hasta que sea evidente la diferencia
El dolor, el miedo o las lágrimas
hablan tan solo del valor del camino en el terreno
de la transformación jubilosa de la historia
y no de una equivocación o algo inadecuado
pues nada en este mundo haría jamás que no compense
esta, esa rotunda posibilidad de vivirlo, esto
que es vivir, haber nacido
ese asombro de la comunicación que sí llegará
por su contemplación ya evidente

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