jueves, 15 de septiembre de 2016

Intersubyectum


Intersubyectum (o De cómo el constructo del yo tropieza irremediablemente)

Somos todos uno y lo mismo. Cómo hemos podido olvidarlo es algo que se me escapa. Yo no urdí la farsa de la mediación. Pero somos fulano, fulana y mengana, y nos agotamos en un acto pleno de sentido, para muchos devaluado y pequeño. Mediaciones, grandes esperanzas. Sintiendo en falso en ocasiones y confundidos por un imaginario cultural contradictorio. La cultura es un tesoro cíclico. Lo social es el contacto real a pie de puertas para afuera de mi casa. Contigo, contigo y contigo; y así, conmigo. La gestión ajena se nos escapa. Escuchadlo, sentid la falsedad. Si la gestión no es contacto contigo y conmigo, si no ponemos entre paréntesis la gestión, ¿qué es el valor? Para qué un valor que valorándonos como concepto y no como tú, yo, aquí, ahora, fulano, mengana (y sin el acto, el contacto a pie de copla y boca en pleno sentido), nos desvaloriza. El valor es tú, y yo; el valor no nos trasciende tanto como nos señalan. Es a pie de copla y teatro y calle, y más crudo que cocido. La pasión es el sentido último del despertad.
No concibo nada más hermoso y más bello que estar aquí ahora, con vosotros, contigo y contigo, haciéndo lo que hago; sin ideas anteriores, sin estigmas, sin miedo, estando en el puro fluir del vivir ya, ahora mismo; notando bajo el sol aún el peso de vuestros corazones, de vuestro deseo, sintiendo vuestro cuerpo que acciona como el mio, que es, como el mio con venas y caliente y con sangre. Pasión al límite me ama la vida a través de nuestros cuerpos que se mezclan curándose y trastornándose, abisal sin fondo. Sin control ya, sin director mi película cedido el desenlace, a lo que me hace ser yo, al vosotros, al nosotros. Y el ellos es únicamente una ilusión, más allá de la acera de enfrente. ¿Quiénes son ellos? Os digo que no conozco a esos señores; que tú eres Ana, Carlos, Pepa, y que vosotros sois ellos de modo accidental, una vez la copla del deíctico de vuestro nombre pasó como un flash por mis sentidos.
Él es siempre un más allá; yo soy siempre muchos; tú eres yo. Accionemos tal vez el motor de lo no accesorio, no nos llevemos el cuchillo por delante junto a la piel ajena o propia. Tú me importas siempre; tú es yo, porque yo soy siempre vosotros. Y nosotros somos ellos.

23 oct 2011

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