Soy una mujer que tiene conflictos emocionales cada vez más sencillos
que son naturales y sanísimos, alegres, son 
y que ya no remiten a problemas, sino a ver 
si es que soy lo suficientemente guapa, para atreverme
sí... ¡para vivir!
porque ya, al fin, después de tanta odisea, he decidido, ser yo
quien le ponga el cascabel al gato 
y lo que me ha llevado a decidirme es 
sin duda, que yo no voy a pasarme la vida escapando del gato 
y viéndole las orejas -y las orejeras- al lobo
para que finalmente me coman los perros inútilmente 
(etc, etc
espectáculo de la lucha y la confusión por la vida) 
La diferencia, la eterna y bendita diferencia 
es que cuando yo veo aparecer el gato no espero el calorcito de nadie 
tampoco la responsabilidad de nadie para resolverlo
tampoco me quejo despreciando la existencia que vivo o elegí
hay el don que es vivir y lo venero 
no escupo en él...
no soy tan estúpida 
nadie me debe mi vida o que sea o no feliz 
nadie es responsable de mis problemas 
no exijo mi propia valía a otro
ni me quedo de brazos cruzados
ni me escondo bobamente 
renunciando a que merezco, mi vida 
soy una mujer salvaje y fuerte a la que le compete vivir y sobrevivir 
soy un animal libre 
no soy una esclava indefensa o autocomplaciente acostumbrada a fracasar por costumbre 
o que descarga la responsabilidad sobre la vida o alguien más 
no trato de normalizar mis fracasos ni mis pérdidas 
no me engaño ni me traiciono a mí misma 
¡joder, que no me resigno!
no juzgo a nadie que juegue para perder
porque ya haya vendado sus ojos ante lo incompetente 
lo que sí tengo ya bien claro 
es que no volveré a jugar con unas reglas de miseria 
con un guión más infumable todavía, si cabe
para desperdiciar mi alegre vida míseramente 
porque ahora puedo escuchar el cascabel porque a nadie sino a mí me competía rebelarme ante la mediocridad 
que no es diferente 
que no es distinta, que no vislumbra la gracia 
porque no es guapa 
porque no es en absoluto elegante 
No me conformo con la irresponsabilidad de otro 
no me conformo con la vida como caiga, de cualquier manera 
yo no interpreto los hechos así 
tengo poder, influyo en mi propio destino
he aprendido a enseñar los dientes
no voy a acatar un suceso mediocre 
no me importa cuántas personas vivan así 
o qué sandeces sigan contando a fin de tapar su miseria 
no estoy aquí para afirmar el alimento de los necios 
no me interesan sus costumbres ni sus nomenclaturas tristes
ya no les doy o les quito la razón, esa razón -la del guión-
me es por completo indiferente:
no me creo ni paparrucha 
no quiero cerrar los ojos 
quiero poder modificar a mejor la existencia porque soy un ser humano capaz, no capado 
y no voy a avergonzarme por ello,  porque esto 
no tiene nombre 
no es raro, no es normal 
sino real... 
Porque estoy viva
y ese solo hecho elemental me asombra
vivamente
 
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