martes, 29 de septiembre de 2015

No eres libre, has renunciado

He comprendido que en la vida es necesario hacerse hermosas y esperanzadoras preguntas, y no contestarse limitantes respuestas. Es muy necesario, porque de ello depende que tengas bellas oportunidades o ni las veas, pues al no poder apreciarlas, eres tú mismo quien te las quitas.
Si ya te has contestado que no merece la pena y crees tener una lista de razones que lo justifican, tú mismo te has dado la respuesta. El mensaje que con esto le estás dando a tu vida de antemano es que eres un perdedor.
¿Te digo la verdad? Me sigo respondiendo que sí a lo que aparentemente la vida me ha arrebatado, y además, pienso en todas las posibilidades que tengo, en todo lo que las amo. Pienso en todo lo que me merezco y no en lo indigna que puedo llegar a ser, porque eso no es cierto. Me doy otra oportunidad, siempre.
Todo aquello que te respondes y no sirve para nada, todo lo que te respondes y no te hace feliz, es falso.
¿No te lo crees? Te digo una cosa, si no te atreves a vivirlo jamás podrás comprobarlo. Entonces siempre puedes tranquilizar tu conciencia poniéndote excusas como premio de consolación por lo que no fue como tú querías pero que en realidad sabes bien que no te atrevías a vivir, pero aquí se está describiendo la diferencia entre vivir de segunda B para abajo o vivir en primera división. Para ciertas cosas, la vida siempre es una cuestión de tenerlos bien puestos. Pregúntate si realmente no hubo suerte y hasta ahora ha salido mal o si lo que pasó es que en ningún momento tuviste huevos para ello.
¿Tienes pies? No esperes el supuesto de que si las cosas fueran bien entonces yo... y vengan maravillas a posarse en tus manos, camina, las cosas no son gratis para nadie, por ello tienen valor, si no, te las venderían en los chinos. Un agricultor siembra, un pescador pesca. No esperes los frutos sin haber participado en el proceso, porque estarías estafándote, ¿a ti te vale esto? Y bueno, permítete decirte la verdad a ti mismo, ¿estás dispuesto a seguir mintiéndote? Porque oye, puede que sí. Como dijo Nietzsche, "los débiles necesitan la mentira para sobrevivir." Al menos, espero que te des cuenta de que te estarías mintiendo.
Confiesa, ¿cuántas veces lo has hecho? ¿cuántas veces has esperado los frutos buenos para ti en tu mano sin haber participado en el proceso? ¿Verdad que se fue todo a la mierda? ¿verdad que en tu fuero interno reconoces que te has estado comportando como un perdedor y esto no es porque las cosas no estuvieran  yendo ni pudieran ir bien?
¿Estás enterado ya de todo aquello a cuanto has estado renunciado hasta ahora para seguir engañándote pensando que eres más libre?
Te recomiendo que sigas el camino de baldosas amarillas, porque ya haces todo lo que te sale de los c., y así te va.

Me ha tocado la parte incómoda de decir verdades y puede que así ya no sea una tía tan maja para las gentes, en fin, lo que vengo a decir no será algo muy agradable, pero lo cierto es que pienso que alguien tiene que hacerlo para no regresar mentalmente a la minoría de edad sin tan siquiera poder advertirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario