Libérrima de ti (Por fin)

Si recuerdo algún momento disimilar a mí
y parecido a un gran encuentro de setas
¡hoy es, tempetades!
Me duró un año un despertar maldito
aquejado en lentillas de miopía mundo

suicidé a todos los trenes
los andamiajes de sus vías sordas
desde un banquito misnúsculo y gigantesco
(porque el Cañón del Colorado sabía saludar)
Desde la barca de su costumbre

Frené
y ya recaudo tus arrabales desquiciados

como un dinero mayúsculo, inverosímil

En un manojo de podredumbre, eclosionar La flor