Demasiada sangre
el esperpento urbano que rechaza
la más intensa e impermeable totalidad
acto de fe del más ámplio Sur posible
así cercándose desde mí misma
Supimos de nuestro Norte
mas no quisiéramos orientarnos ahora
llamamos a las aguas torrenciales
desde este simple y complejísimo corazón animal
-ah enloquecida brújula del Sur de canícula-
Yo
una dama siempre exenta de frivolidades
convencida de la locura y de su opuesto
la luz
Yo
engarzando como perlas los dolorosos fragmentos
de tus nefastas desaproximaciones
Yo
una dama
negra
una dama
blanca
Sí, yo
el Sol
enajenado entrenamiento
de la incesancia
de la incesancia
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