miércoles, 2 de septiembre de 2015

Claro, si ese hombre no te respeta es lo más normal, es porque tú, como mujer, eres gilipollas, así que pégale una hostia, coño, que un hombre puede permitirse tranquilamente no respetar a una mujer en un momento dado, según le venga... Así se hacen las cosas. ¡Claro que sí! ¿Sí...?
Así, hostia por hostia, la casa sin barrer. ¿Ves que es bonico el amor? Es que tiene que ser bonito bonito... A lo mejor ves de una puta vez las hermosas estrellas del firmamento del amor de una estupenda hostia metafórica. Sí, es lo mejor seguir idealizándolo para hacernos cada vez más pueriles, cobardes e irresponsables, para seguirlo victimizando y culpando y curparnos de las propias miserias, para que siga siendo así de bonico, y falso como un duro de cuatro pesetas. No hace falta ocuparse de ello, no sean responsables, ¿pa qué? ¡Tontería, no hace falta hacer nada! El amor ideal se abrirá camino fluyendo solo; sí... pero de un hostiazo. Y luego... no sé, tal vez a por otro perrito piloto, ¿quién sabe? porque claro, es que nadie se enamora conscientemente o con un mínimo de seso -eso no se decide, escapará a nuestro total control para nada en particular-, o mejor muérete ya en soledad sin enterarte de si alguien te acompaña ante la triste y engañosa pantalla de tu ipad, quédate ya para siempre así y ya no volverás a temer ni a complicarte la existencia, que enamorarse es muchas veces un marrón... ¡Si es que todo son ventajas! El pragmatismo es mejor, ir escurriendo el bulto, llamar amor a lo que no es amor, y no amor a lo que realmente lo es. Tranquilos, hombre... sigan así. A veces parece que sí compensa mirar cobardemente para otro lado y seguir asustándose como un conejo para no mirar la realidad que uno se niega a ver y a vivir, mas yo sé que no por mucho tiempo, porque se paga demasiado caro. Solo parece que compensa, las apariencias engañan, y precisamente para eso están ahí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario