martes, 16 de febrero de 2016

El viaje II - Dormía, desperté. Realidad tomada

Cómo hablar cuando tienes un volcán en el pecho
y la consciencia no alcanza
cuando ya ni siquiera puedes sentir las diferencias
sino tan solo una opresión sin mensaje que te ciega el habla
No avanzaba la historia porque nadie ponía un límite claro
a su ofrecimiento
porque el espacio era una maraña que trataba de captar el ritmo
Craso error: el ritmo es propio y no conjunto
es imposible adaptarse a lo cómodo
porque no hay más que sentarse y morir

Me arrepiento del aislamiento, del silencio
de dejar al viento correr
de haber imitado el letargo de otro
de las huellas que seguí hacia ninguna parte

Estaba ya tan lejos de la circunstancia que no me la creía
era obsceno repetir lo incierto, lo irreal
cada día recibía un parte del pasado
una quiniela de hace dos semanas. En realidad
hubo de ser una pesada broma, porque yo os juro
que no estaba ahí, que yo -que me registren-
no era parte de aquello
por querer ser una persona prudente se me asignó el peor rol
tan solo me hubiera gustado saber qué coño estaba haciendo
tan solo con una simple aclaración habría cedido un terreno
en el que no quería influir
tan solo
de haber sabido diferenciar lo que no era mío

¿Qué fue esa guerra imaginaria?
Yo jamás he robado a nadie
lavar tus platos siendo un fantasma, tampoco quiero

No tengas miedo de abrir el féretro
la muerta está viva
la muerta ¡quiere vivir!
¡quiere fugarse de esa casa escupiendo antes de irse!

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