"Éstas son dos de las “gravísimas consecuencias”, como define esta especialista, de una crianza en la que se ve normalísimo que el niño tenga una baja tolerancia a la frustración. Una crianza que produce niños con un umbral de resistencia a la frustración tan bajo que “cuando ven que algo no funciona o que no se están cumpliendo sus expectativas, se hunden”."
No hay comentarios:
Publicar un comentario