miércoles, 18 de marzo de 2015

Venciendo la soledad

He vuelto a mi humanismo. Si antes me parecía caótico y hasta me daba miedo este tema "multidisciplinar" que siempre ha sido parte de mí, en este momento me apasiona lo suficiente por el autoconocimiento y la apertura de perspectivas que necesito para lo que actualmente tengo entre manos. Al cuerno las limitaciones de las disciplinas. Bebamos de nuestros semejantes en lugar de parcelarlo todo como algo independiente de nuestra parcelita.
Mi aportación consiste en que no hay independencia absoluta -es solo aparente- sino que la fuente de todo vínculo es común y así desaparece toda separación en aras de la participación y la cooperación permanentes: cero aislamiento.
El hecho de leer lo que este filósofo dijo acerca del límite mental del observador y la posibilidad de acceder al ser extramental que trasciende el pensar me ha puesto las pilas y me ha hecho creer que como individuos no hay independencia fundamentable en nuestra naturaleza sino participación. Ni independencia ni dependencia -así, esta última sería una consecuencia de los estragos del aislamiento por la creencia en esa falsa e inhumana independencia-, pues. Eureka.
La independencia, que surgió como necesidad de libertad en la Ilustración -por poner un ejemplo histórico-, es hoy por hoy lo que nos aleja de la libertad misma, puesto que todo parece ser separación, barrera y no participación; así pues, hemos confundido libertad con independencia -lo que resulta en aislamiento y pérdida del propio poder, por mucho que pueda tener apariencia de una libertad más amplia- y estamos pagando hoy por hoy el precio de esos estragos. Un paso más hacia la libertad es tomar conciencia de la necesidad de integrarnos con nuestros semejantes, de ser parte para ser libre, de recuperar nuestro poder de cooperar y compartir para dejar de generar escasez y egoísmo y comenzar a generar abundancia. Esto es, yo soy consciente de mis necesidades pero también enfoco las necesidades de los demás y cooperar es comprender nuestras necesidades comunes y no solo la mía. ¿Acaso no desaparecería de este modo ese miedo que tenemos a quedarnos sin nada, a tener que pedir ayuda, a reconocer mis propias necesidades en las de los demás, no como una amenaza sino como humanidad y abundancia para tod@s? ¿Acaso esta supuesta escasez no la está creando nuestro miedo? Es otro enfoque, ¿verdad?
Pues eso, a lo que iba. Me ha llamado mucho la atención este filósofo que acabo de conocer en internet y sobre todo me he dado cuenta de cómo los planteamientos de todos los seres humanos son similares, pues los temas que trata me los pregunto yo todo el rato de motu propio.
Venzamos la soledad y saquemos lo que nos une a tod@s, no lo que nos separa y nos aísla.


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