martes, 10 de marzo de 2015

Sin educación emocional no hay cultura que nos salve

Las raíces de la violencia están delante de ti y en tu propia historia, no en otra parte. No te vayas tan lejos a señalar a los malos de la película y contribuye en la vida que te toca, porque ni ellos ni nadie la dicta y existe. Todo lo que tienes que hacer es recordar y ver qué haces en tu propia vida en este momento para no volver a reproducir ad aeternum esta violencia estructural inconsciente.
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"Las aulas de clase, los patios de recreo, canchas deportivas, baños y pasillos de instituciones escolares están repletos de alumnos con la impronta de habitar nidos abandonados, con padres tragados por el mundo exterior, social, laboral… padres ausentes durante ocho a doce horas al día, o con escasa o ninguna disposición emocional para averiguar e interpretar las reales necesidades de sus hijos. De hogares perturbados por aguas emocionales turbulentas, territorios signados por la falta de mirada, contención, por la distancia afectiva, por abusos naturalizados en el trato hacia los niños y adolescentes. De modo que la organización de estrategias de sobrevivencia de estos niños y adolescentes, se traduce en más violencia desplegada desde el rol de víctimas, de victimarios, adicciones, etc..."

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