viernes, 27 de marzo de 2015

Los hijos y la sexualidad

La sexualidad es más que genitalidad, reproducción o control de natalidad. Cuando hablamos de sexualidad nos referimos a aspectos que atraviesan múltiples dimensiones de la vida. La sexualidad comienza cuando somos concebidos. Son dos células sexuales las que se unen y multiplican para constituir el cuerpo que tenemos. La sexualidad se manifiesta y desarrolla en todas las facetas y edades. El parto es una experiencia sexual. Desde que se produce el contacto placentero del recién nacido con el cuerpo de la madre o cuando se alimenta de su pecho, se tranquiliza con su olor y el contacto con su piel, ya estamos frente a experiencias sexuales. La educación sexual también se vincula con el modo en que asumimos culturalmente los roles según sea el sexo (mujer o varón). La manera de encarar todas estas experiencias es parte fundamental de la educación sexual. La educación sexual es un proceso, que seamos conscientes de ello o no, estamos impartiendo desde el nacimiento. Por ello es importante el acompañamiento y la comunicación abierta de forma continua con los hijos e hijas. Para entablar una aproximación saludable con nuestros hijos frente a su desarrollo sexual, lo primero que necesitamos hacer los padres es revisar y superar nuestras propias represiones, miedos e inhibiciones. Es poco lo que podemos hacer en beneficio de un despliegue consciente de la sexualidad de nuestros hijos e hijas, sin antes revisar los propios prejuicios, mitologías, así como el grado de rigidez y de autoritarismo que hemos internalizado.


Berna Iskandar

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