lunes, 20 de abril de 2015

Juicios

Cómo se fundamentan los juicios

Condiciones básicas:

1/ "Por o para algo" (sentido).
Es una dimensión esencial de los juicios.
En juicios de comportamiento anticipamos una acción que da sentido al juicio en el futuro. Podemos visualizar un futuro en el cual nuestro juicio abre o cierra posibilidades, según el juicio unas acciones serán posibles, otras no

2/ "Estándar". Un juicio emitido supone cotejar con un conjunto de estándares de comportamiento que nos permitan evaluar la efectividad de las acciones de los individuos, puede haber distintos juicios, incluso contradictorios, acerca de un individuo porque los estándares con los que se emiten son diferentes.

También suele ser juzgada la apariencia, los días de la semana, el clima...
Si nos encontramos frente a una distinción para la cual podemos producir exactamente la opuesta, podemos sospechar que estamos basándonos en un juicio. Bueno y malo, rápido y lento, competente e incompetente, eficaz e ineficaz, hermoso y feo, son todas usadas para emitir juicios respecto a algo estandarizado, no respecto a como lo que juzgamos sea realmente.

Los estándares son históricos, cambian, son sociales en su mayoría.
Suponemos que juzgamos respecto a nuestros propios estándares, en realidad juzgamos más bien solo respecto a los estándares que poseemos, no vemos que estos estándares no fueron producidos por nosotros sino que pertenecen a la comunidad y a la tradición, que están hablando de antemano detrás de nuestro juicio. Para ciertos líderes e innovadores es preciso examinar los estándares existentes y tener sus propios juicios, no los de los demás.

3/ Dominios de observación y acción. El dominio no apunta a una entidad existente, no hay dominios alrededor nuestro, hablamos de dominios. Son identificaciones de frecuentes áreas de intereses, de convenciones sociales que podemos llegar a creer que nos ayudan a actuar, vivir, de manera efectiva.
Emitimos un veredicto limitado al dominio particular en el cual se hicieron ciertas observaciones que determinan que juicio sea más o menos fundado, aunque a menudo extendemos nuestros juicios más allá del dominio de observación. El juicio generalizado carece de fundamento, solo estará fundado si hablamos del dominio de observación concreto desde el cual se ha emitido.
Cuando no evaluamos un comportamiento hablamos solo de dominios de observación. Si evaluamos conductas, estos dominios de observación corresponden a dominios de acción.

4/ Afirmaciones. Si no podemos proporcionar afirmaciones, no podemos fundar nuestros juicios. No podemos fundar un juicio con más juicios, si no hay afirmaciones no está fundado. Con afirmaciones generamos confianza en ese juicio.
A veces necesitamos solo una afirmación, sin embargo en juicios de comportamiento suelen ser necesarias varias afirmaciones, no depender de una sola instancia; es necesario poder confirmarlo como un comportamiento.

5/ No hay fundamento en el juicio contrario. Puede ocurrir que haya más instancias que apunten al juicio contrario a partir de las observaciones efectuadas, se trata de revisar los fundamentos del juicio opuesto al fundar un determinado juicio.


Recapitulando, se requieren las siguientes condiciones para fundar un juicio:

1. La acción que proyectamos hacia el futuro cuando lo emitimos.

2. Los estándares sostenidos en relación a la acción futura proyectada.

3. El dominio de observación dentro del cual se emite el juicio.

4. Las afirmaciones proporcionadas respecto de los estándares sostenidos.

5. No hemos encontrado fundamento suficiente para sostener el juicio contrario.

A los juicios que no satisfacen estas cinco condiciones los llamamos juicios «infundados».


Afirmaciones y juicios implican un cierto compromiso social:

-La afirmación compromete a proporcionar evidencia (si alguien trajera un testigo, esta persona coincidiría con lo que decimos).
-El juicio compromete a tener la autoridad de emitirlo y a proporcionar fundamento para él.



La doble cara de los juicios

El segundo principio de la ontología del lenguaje es "actuamos de acuerdo a como somos". La acción revela al ser que la ejecuta. Es una relación entre acción y ser.
En la medida que hablar es actuar, revelamos quiénes comos cada vez que decimos algo. Esta capacidad del lenguaje de revelar el ser de quien habla es particularmente notable al examinar los juicios.
Tendemos a pensar que estamos enjuiciando aquello de lo que el juicio habla, sin darnos cuenta de cuánto de nosotros se revela en realidad al emitirlo. Dado que el juicio no es una descripción de la observación de un hecho o fenómeno, que lo que el juicio dice no se encuentra "allí afuera", no existe un acto lingüístico mejor para revelarnos nuestra propia alma con mayor profundidad.
Tiene una doble cara, la una mira hacia el mundo, la otra hacia el ser que somos. "Los extranjeros son peligrosos" no dice mucho de los extranjeros, pero sí sabré algo sobre quien lo emite. Seamos conscientes o no, siempre hablan de quienes los emiten, para el coaching ontológico son ventanas al alma humana.
En "El nacimiento de la tragedia" Nietzsche, examinando la relación entre la búsqueda afanosa de la verdad y la vida, escribe: «¿Es acaso la determinación de ser tan científico sobre cualquier cosa un tipo de miedo o una forma de huida del pesimismo? ¿Un último recurso sutil contra... la verdad? Y en términos morales, ¿una suerte de cobardía y falsedad? En términos amorales, ¿una treta? Oh Sócrates, Sócrates, ¿era quizás ése tu secreto? Oh ironista enigmático, ¿era quizás ésa tu... ironía?»


Resumen de la página 69 a 73


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