domingo, 8 de marzo de 2015

EJERCICIO DE REFLEXIÓN (ADI I)

Como emociones predominantes están la rabia, miedo, amor, una tenue tristeza que linda con la calma y la posibilidad de alegrarse.
Sentimiento de incapacidad con respecto a lo que realmente quiero en la vida, duda, no sé si es conveniente o cuándo. No sé si puedo contar con los demás.
Siento amargura, frustración, resentimiento, decepción, ilusión por seguir adelante, incertidumbre, ganas de ponerme a prueba, de ser capaz, algún grado de desconfianza en el camino hacia mis metas... Trato de generarme la confianza suficiente sin pensar en la posibilidad de la decepción, pues prefiero decepcionarme que vivir con desconfianza y la negatividad que genera.

Los juicios que me detecto son: 
Miedo de la incomprensión constante
Miedo de no poder permitirme relajarme y ser feliz
Miedo de no poder superar lo doloroso del pasado
Qué lento va todo
Me aburro
¿Con esto se conforman?
Rodeada de personas que se dejan llevar por la inercia
No sé si puedo
Sé que puedo pero no quiero pasar por ciertas cosas
Tengo que ser paciente
Qué impaciente soy

Me cuento infinidad de cosas porque también pienso muy rápido. Tengo miedo de no hacerlo bien a ojos de otras personas y bloquearme de hacerlo como yo sé, que no es una manera ni mejor ni peor, sino simplemente diferente. No quiero sentirme observada de esa manera y con esas expectativas.
Tengo miedo de que no me entiendan al actuar y me juzguen por sus propios conceptos, valores y experiencia en vez de comprender que las cosas las hago a mi manera que es probablemente igualmente efectiva, aunque como no entra en sus esquemas tal vez puedan pensar que está mal, de una manera francamente obtusa para mí.
Las personas se engañan a sí mismas sin darse cuenta porque son insconscientes de sus sentimientos y viven en lo reactivo. Todo esto me pasa también a mí, al menos, hago por salir de todo esto. Tengo la certeza de que aunque no sea entendida tengo un camino propio y llegaré a muchas personas que estén cansadas de este sistema. Encontraré la manera de salir, la manera de ser más felices, la manera de ser libres, sin tanta palabrería y metodología conceptual para que todo el mundo te entienda y pueda valorarte, sino que será de una manera tan natural como inexplicable.
La estupidez humana es infinita y muchas personas a mi alrededor están desperdiciando su vida actuando en contra de su propia naturaleza para sentirse aceptados socialmente -no saben diferenciar su propio juicio del de otras personas-, y yo la desperdicio porque ellos la desperdician, porque no tengo con quien compartirla plenamente. Me siento estúpida yo también.
Las personas no nos apoyamos unas a otras porque no solemos reconocernos, ver ni ser vistos, y creemos que somos una carga unos para otros, por lo tanto yo tengo que hacerlo casi todo sola.
Las personas, en general, solo te ayudan bajo sus parámetros y de una manera que suele parecerme egoísta y para eso que ayuden a otros, yo no soy una víctima que rescatar. Que se monten la película con cualquier otro, de todas formas no me van a entender y probablemente acabarán cansándome por ser todo esto inútil o hasta perjudicándome en algunos casos.
Estoy cansada de ser tan independiente -porque es que somos todos super independientes, ja- pero no veo las cosas de ciertos modos y he de hacer aquello que creo y no entrar en algunas cosas que al estar ahí me decepcionarán y amargarán, pues veo que si yo tengo una ferretería, por ejemplo, vendrán a pedirme salchichas, vendrán a pedirme lo que yo no puedo dar. Detesto las exigencias que vienen de fuera. ¿No podrían simplemente pedirme algo que pueda dar y no dar por supuesto que tenga que entrar en su juego? ¿Podrían darse cuenta de que hay un espacio en el que puedo decir "no"? ¿Podrían darse cuenta de que no pienso igual que ellos y que habrían de preguntarme? Lo normal no existe para mí y creen normal que todos esperemos de nosotros mismos una manera de actuar determinada con respecto a los demás, a un supuesto consenso que yo no firmé en ningún momento.
Juzgo a las personas como estúpidas a veces por todo lo anterior -aunque también las comprendo perfectamente a pesar de sus interpretaciones fallidas en lo que a mí respecta- y a mí como un ser ridículo e incapaz que a menudo entra en un bucle de absurdo sin tan siquiera haber actuado, lo cual me entristece y asombra, así que he decidido seguir adelante y hacerlo a pesar de todo, para traspasar el holograma del miedo y la incomprensión.

Siento que he de tener más paciencia y sustituir gran parte de estas cosas que me cuento por otras que me hagan capaz de actuar y entenderme mejor con los demás, tengo también este tipo de narrativas sanas, digamos que he ido al fondo de la cuestión que siento que me bloquea y desesperanza.
Acepto hoy la desesperanza como una ausencia de expectativas que en este momento elijo para seguir adelante y sorprenderme con lo que suceda realmente, en el momento de la verdad, a pesar de todos mis recurrentes recelos.
No dejo de fumar, por ejemplo, porque siento que no tengo estabilidad y calma todavía, siento una gran incertidumbre, a la que trato de sacar el lado agradable, lo cual me está costando indeciblemente en este momento. Estoy también rodeada de personas que siempre se han dejado llevar por la inercia y no están satisfechas con su vida sin parar de quejarse verbalmente y arrastrarse por la vida, ante esto estas personas caen en la inacción, y lo que yo trato de hacer es no caer en eso, tratar de hacer las cosas que realmente siento y deseo y seguir adelante. Está siendo muy lento y siento que estoy condicionada aún por un pasado que ha sido muy duro para mí.

Recientemente en el DPOP he vislumbrado otro horizonte y voy dando los pasos que puedo. Me he pasado toda la vida sin saber qué hacer y al menos ahora me siento en el camino, dando un sentido a mi vida tras una búsqueda extenuante. He empezado a encontrarme a mí misma y trato de darle poca importancia a los condicionamientos que tan fuertes han sido en mi vida, trato de dejarlos ir y ver las cosas de otra manera. Poco a poco lo voy logrando, es como si esos condicionamientos a veces tirasen de mí, de esto al menos soy perfectamente consciente y no me dejo arrastrar como sí me sucedía en el pasado.
Encuentro una ambición en mí, en el fondo de mi ser, que siempre ha estado como un faro. Ahora no me siento tan perdida aunque hay mucho por hacer en ese sentido, mucho por reinterpretar. Lo que siento es que no estoy llegando. Siento que tal vez no tengo la paz suficiente para actuar con ganas. Intento no dramatizar este tipo de cosas y seguir adelante.
Creo que las cosas no cuestan un gran esfuerzo, más bien nos complicamos mucho la existencia a veces. Hay que vivir desde el juego y la alegría, desde la entrega y la confianza y ese es mi camino actual. No me sirven tanto las herramientas como ser más flexible y relativizar las cosas, verlas de diferentes maneras. Tal vez me paso pensando, encontrando caminos y no sabiendo cual seguir en particular, lo cual es una herramienta que ofrezco a los demás para facilitarles salidas a sus problemas. Tal vez sea mi forma de ser y he de aceptarme así para posibilitar un camino en concreto. En todo caso, los acontecimientos lo dirán, y yo decidiré en consecuencia.

En cuanto a lo corporal, noto la mente bastante saturada según el día y cómo un estado de ánimo que he padecido desde hace mucho tiempo va pasando por mi cuerpo y transformándose, lo cual llega a ser doloroso. Siento que emocionalmente es algo natural con todo este proceso que estoy viviendo y espero que fluyan mis emociones y ese estado de amargura, aburrimiento y hartazgo que linda con la rabia y en el peor de los casos llega a la desolación se vaya movilizando corporalmente hacia la fuerza. Para ello, intento estar conmigo misma, aceptarme y reconocerme tanto en lo agradable como en lo desagradable y brindarme atención y cariño de una manera cuidadosa, cosa que nunca he hecho hasta hace poco. Realmente quiero verle un sentido a esto, una coherencia que es pasar por este estado para estar mejor, dejarme estar en esto hasta que se vaya disolviendo y relativizando, que mi cuerpo vaya recibiendo impulsos hacia actuar y reencontrarme de otro modo con los demás y conmigo misma.
Claro que siento que este estado de ánimo que describo se me ha estado agarrando al cuerpo y hago cosas como mover mucho las piernas de manera inconsciente y repetitiva, me cruzo mucho de brazos, me siento a veces rígida y carente de fluidez. También siento la mente embotada a menudo, sin claridad, aunque lo cierto es que siempre me he guiado de manera predominante por la mente y me parece natural que habiendo dejado de hacerlo y estar más conectada con mi cuerpo y lo que siento, la mente no responda de la misma manera y me sienta algo confundida, en la apatía, costándome disfrutar porque me cuesta detectar lo que me apetece desde este estado. Trato de no forzarme y no controlar las cosas, cuando me doy cuenta de que lo estoy haciendo. Detecto las interpretaciones que le doy a las cosas y no me llevan a nada bueno para mí. No me las creo, me hago consciente de ellas y las dejo hablar; las acepto para que pierdan su fuerza.

Definitivamente, confío en que iré equilibrándome poco a poco de un modo diferente. Me he quedado a vivir en el ahora, en el momento presente y tal vez adolezca un poco de no proyectar apenas a futuro, claro, con mi tendencia a evaluar mentalmente absolutamente todo, es un modo de garantizar no autoboicotearme por mi propia mente y vivir de manera más espontánea sin esperar lo que a mí me gustaría que pasase. Sin forzar los planes de futuro.

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