domingo, 5 de abril de 2015

Capitan de nuestro Titanic

Cualquier persona que haya visto esta taquillera película, recordará la escena cuando le acercan al capitán, una nota donde le informan que hay “iceberg” en la ruta. Recordará también que él la ignora y por el contrario ordena seguir a toda marcha. Se puede decir que esa escena sólo existió en la mente de quien realizó la película y no en la del verdadero capitán, pero eso es materia opinable. De todos modos, el resultado es el mismo, el Titanic se hundió. Y el Titanic podría haberse salvado, si su capitán y su tripulación no hubieran sido tan orgullosos, si hubieran sabido vigilar, prever, si hubieran llevado la cantidad necesaria de botes salvavidas, si hubieran tenido en cuenta que la meta perseguida es mas importante que la velocidad con que se viaja, si no hubiera imperado lo económico sobre la prevención, SI HUBIERAN ESCUCHADO EL MENSAJE... CAPITÁN DE NUESTRO TITANIC -¡¿Y qué tiene que ver esa escena con el estrés...?! -Mucho. En este momento, todos estamos recibiendo mensajes de nuestro cuerpo que nos hablan, bien a las claras, de cómo estamos con relación al estrés. Estamos todos inmersos en esa escena de la película Titanic. Por eso digo que cada uno de nosotros somos el capitán de nuestro propio Titanic, de nosotros depende el rumbo que queramos darle a la prevención del estrés en el ámbito de “nuestro propio barco”. ¿Podremos mañana bajar ese nivel de estrés que tanto daño nos hace? ¿Tomaremos en cuenta esa “nota” que nos dice la realidad y aplicaremos las correcciones de rumbo correctas o simplemente dejaremos seguir el barco para después quejarnos de lo que no realizamos a tiempo, pero con el Titanic ya hundido? Adelante, tomemos nuestra propia decisión...

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