lunes, 9 de marzo de 2015

¿Toca limpieza? Cómo ahorrar una hora al día (o siete a la semana)

Nunca más haré consenso con un hombre -y con una mujer habría que verlo- para hacer tareas del hogar o ir a la compra, es demasiado difícil que se llegue a un acuerdo ya que todo el mundo -y los hombres al parecer suelen darlo por hecho- hace en su casa LO QUE LE SALE DE LOS COJONES!!!!; ¡pues bien! Que cualquiera se haga a la idea que yo conviviré como si compartiera piso, a mí no me van a tocar los huevos ni me van a torear más con falsas palabras de cooperación, equipo, familia y pro común mientras todo lo importante para una convivencia pasa desapercibido día a día delante de los ojos y cae al suelo, encima con un gesto apático de desaprobación ajena cuando tú estás solamente intentando llegar a acuerdos para poder coordinarte y actuar de manera integradora y no hay una jodida manera de HACERLO. Yo a mi familia la considero importante porque me considero parte de ella: yo soy la familia, no me la paso por debajo de la pata como si a efectos prácticos me la sudara por completo, vive dios que no quiero vivir de una manera tan falsa e infeliz tirando piedras contra mi propio tejado.
Si no hay consenso, aquí hacemos lo que nos salga de los huevos todos y todas.
A tomar por culo, basta de gilipolleces. A mí no me la van a colar más. ¿Lo único que intentas es actuar de buena fe y lo único que recibes es una "hostia" -una hostia espiritual, no cuerpo a cuerpo- enorme como un pan gallego la mayor parte de los días? ¡Venga! Todavía tengo un trauma.
No quiero vivir de esta manera y menos engañada y confiando en una cooperación tan real como los reyes magos de Oriente; tampoco me considero hoy por hoy una persona tan francamente egoísta para no poder convivir y no ver más allá de mis puñeteras narices, coño.
Aunque, tristemente, sí me haya vuelto un poco más egoísta. Aunque solo sea para no ser la que al final recibe las hostias.

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