(...) mientras que el brillo de la plata y de los demás metales se apaga muy deprisa, el oro en cambio ilumina indefinidamente la penumbra interior sin perder nada de su brillo.
Junichiro Tanizaki
Desgarro los cuatro confines de la calma del mundo
edificada sobre resignación y menoscabo
de la belleza
desgarro para que la realidad se pueda sentir
soy lo no olvidado, no cejo
en mi propósito de anunciar que vive
lloro para poder reír
lloro porque la maledicencia tuvo efectos secundarios pragmáticos
-y eso es patético-
lloro
porque sé que no es verdad ni mejor
porque todos habrán de dar la enhorabuena
a esto que se sostuvo en pie
Si yo no niego tu no opción y tú negaras la mía
pon ahora mismo la mano en el fuego, valiente
¡atrévete a falsarlo, pseudocientífico impostor!
porque te vas a quemar
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