sábado, 18 de junio de 2016

La misma araucaria


El corazón es un niño: espera lo que desea.
Proverbio ruso
No puedo concebir qué conexión puede haber entre este hombre, Fosco, y mi vida pasada que usted me hace recordar. Si encuentra usted la conexión guárdesela y no me diga nada... Le ruego y le imploro de rodillas que me deje seguir ignorándola, que me deje seguir inocente, que me deje seguir ciego en todos los tiempos futuros, ¡Que me deje estar como estoy ahora!
William Wilkie Collins
Sin embargo, compartían algo, algo en su forma de ver a la gente o lo que pasaba, una sensación de ironía compartida, una idea común de lo que era emotivo, de lo que era divertido, de lo que era bello, de lo que era honesto y de lo que era deshonesto.
John Verdon



La misma araucaria solo se ve una vez
así que da lo mismo si tú la ves como yo o viceversa
pero ahora sé que no y no lo sé
-los problemas solo sirven para estar entretenidos un rato
o bien mejor habría sido reírse de ellos-
solo coincidimos si las campanas se encienden
y alguien sabe encender las campanas
jugar con las luces
no hay compatibilidad fija sino complementariedad variable
no hay equidistancia, hay desequilibrio en armonía
El corazón vuelve a buscar lo que la intuición recuerda
-aun sin soler avisar a la mente de que ha variado de sitio, a veces
por fortuna-
aunque nosotros no recordáramos absolutamente nada
aunque nos negáramos de por vida
a recordar por juramento propio




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